10 feb 2009

Ese Cái... ¡oé!

Llegó febrero y, con él, los carnavales. Hay muchas ciudades en el mundo que viven estas fiestas con toda la intensidad de sus corazones. Río de Janerio, Salvador de Bahía, Nueva Orleáns, Colonia, Venecia, Santa Cruz de Tenerife o Las Palmas de Gran Canaria, son referentes que se nos vienen a la cabeza nada más hablar de carnaval. Pero son los camaleones de Cádiz los que me llaman más la atención, con las letras de sus murgas, de sus tangos, de sus coros.
Puede que no sean los más espectaculares, pero sí los que consiguen emocionarme. Porque, como dijo el gran cuentacuentos gaditano Pepe Maestro "qué pasa con Gijón, que me siento como en casa". No le es difícil ponerse en la piel de un gijonés a uno de Cádiz. Los problemas de los habitantes de la tacita de plata son muy similares a los de la capital de la costa verde, como si el mapa se doblara a la mitad y coincidieran el cabo Peñas y la punta de Tarifa. El paro acuciante, los cierres de empresas y las regulaciones de empleo, aún en los mayores momentos de bonanza económica, hacen que las protestas se concentren en las carreteras al rededor de hogueras de neumáticos. El populismo de las alcaldesas y sus políticos, siempre será criticado por los autóctonos y siempre defendido ante los foráneos. Las desmesuras de las administraciones, raras veces entendidas, pero en pro del "beneficio" de la ciudad, acaba por ser asumido por los ciudadanos, gracias a los chistes, las bromas y las comparsas que permiten deglutir los tragos. ¿Qué decir del Sporting y el Cái? Y ese "seh lo mejoh der mundo" gaditano o "qué grandones somos" gijonés, nos acerca tanto tanto...
Por eso, cuando repuntea el contralto de un cuarteto en el teatro Falla interpretando uno de esos pasodobles, con los que las sonrisas se vueven lágrimas de nostalgia y movimientos de cabeza asentidores, a mí se me congestiona el corazón y en la garganta se pone un puño, que solo puedo pasar al bajar a la Tierra y quitarme el sombrero de pirata en señal de admiración ante el genio popular que me gustaría tener.
Dejo aquí unas canciones de las que te hacen recordar que aún nos queda sangre en las venas. Y, cuando hablen de Andalucía, piensa que hablan de Asturies. Verás que sensación.


"Coplas de Andalucía"
"Me han dicho que'l amarillo"
"Antonio Puerta"
"Por cada mirada"

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