25 ene 2010

Vidas paralelas

Éric, francés, 29 años. De humilde familia gitana marsellesa, de ascendencia paterna italiana y materna española.

Matthew, inglés, 20 años. Clase obrera de los arrabales de la City de toda la vida, sin estudios primarios.

Estos fueron los protagonistas de una historieta que sucedió hace exactamente quince años en Londres. Hablo de fútbol, pero de más. Me explico.

En el minuto 48 del partido entre el Crystal Palace y el Manchester United, el delantero visitante Éric Cantona fue expulsado tras una dura entrada al portero rival. Un aficionado, Matthew Simmons, bajó de su localidad hasta colocarse a la altura del jugador y le dijo, en perfecto inglés barriobajero “Off you go, Cantona - it's an early shower for you”. Vamos, “que te duches”. Y la gente que le rodeaba jaleó: “Rule Britania”. O sea, “olé tu madre, chaval, somos los putos amos”.

Lo que no pensaba él, era que Cantona se había criado en los mismos barrios donde, 200 años antes, se formó un ejército que ocupó París y se llevó por delante a toda la morralla nobiliaria del Antiguo Régimen del reino francés, al son del alosanfans, zis, zas, guillotina viene, guillotina va. Y, a falta de cuchilla, el gabacho tomo carrerilla, saltó por encima de la valla publicitaria de McDonald’s y, con una tremenda patada voladora, le clavó los tacos de su bota derecha al tommy.

A Su Graciosa Majestad se le cayó la Corona del susto y a Cantona el pelo. Nueve meses de sanción, una multimillonaria multa y, finalmente, dos semanas de prisión, que fueron conmutadas por 120 horas de servicios comunitarios, fueron la pena del francés, que pidió perdón de una forma tan particular (“Pido perdón a todos, al Manchester United, a mis compañeros de equipo, a los fans, a la Federación… y también quiero disculparme con la prostituta que compartió mi cama la tarde pasada”), que le valieron una nueva multa por parte de la Federación. Su equipo también reaccionó, suspendiéndolo por cuatro meses y restriñéndole el sueldo dos semanas.

Por su parte, Matthew Simmons se convirtió en un héroe patrio, mostrando sus heridas en las portadas de todos los tabloides, que lo defendían del ataque de un francés mientras cargaban contra el equipo, junto al Liverpool, más odiado en Inglaterra y, sobre todo, en la capital. Como suele suceder, pronto vio un filón y comenzó a salir por la televisión y a conceder entrevistas exacerbando el sentir patriótico albión. Ganar dinero le molaba. Y ser alguien, por primera vez en su vida, más.

Pero todo eso fue hace quince años. Y las cosas han cambiado muchísimo. Más de lo que se podría esperar.

Simmons perdió su brillo a medida que los cardenales de su pecho iban desapareciendo y tapado por los trapos sucios que empezaron a salir de los fondos de los archivos. Con los antecedentes penales expuestos, la pragmática sociedad inglesa le arrebató las medallas de héroe sin reparar en que el imperdible aún estaba abrochado y lo olvidó. Sin embargo, los hooligans de los Red Evils aún lo tienen en el punto de mira. Todavía se cantan canciones en Old Trafford refiriéndose a la cabeza de Matthew colgando de una ducha y coreando cada dura entrada de sus estrellas (Rooney ahora, el año pasado Cristiano Ronaldo) como “Kung Fu Cantona”.

Por su parte, a Éric Cantona, su talento le sirvió para vivir bien. Y ahora, a sus 44 años, aunque su debe agresivo pese más que su enorme haber deportivo (al contrario que el otro futbolista marsellés de pro, Zidane, al que le sucede todo lo contrario), se dedica de pleno a desarrollar sus inquietudes artísticas. Es un reconocido pintor y actuó en películas de renombre en las islas Británicas, como Buscando a Eric, de Ken Loach, estrenada el año pasado con éxito de crítica y público. Ahora se lanza al teatro con una obra de Nathalié Saugeon llamada Face au Paradise, en el papel de un moribundo atrapado en una casa derrumbada.

Son dos vidas paralelas, parcialmente distintas, enfrentadas en un momento que las marcó para siempre. Lástima que, por más que se mire hacia adelante, siempre el pasado pese tanto.

En fin, por hoy, y como dijo Cantona en el mítico anuncio: ¡Arevoire!

21 ene 2010

Se busca


Como si d’una película del Oeste se tratare, finó la selmana pasada col espardimientu d’una imaxe infográfica del enemigu númberu 1 del Occidente bien pensante. Tres unos años ensin semeyes de so, el FBI decidió facer un retratu robot de Osama Bin Laden, onde apaecía más aveyentáu, con unes güeyeres marrones tremendes y cola barba y el pelo cañosos. Fízome gracia, porque, según lu vi, paeciome un dibuxu tan mal fechu, en plan “curtia y pega”, que bien pudiere pasase por un xuegu de Fisher Price: Mr. Potato Talibán.

Pero la gracia (pa mín) nun finó ellí. Al día siguiente saltó la noticia realmente curiosa: el pelu y les patilles canoses qu’usaren pa facer el collage yeren de Gaspar LLamazares, voceru d’Izquierda Xunida nes Cortes.

Gaspar Llamazares ye bien conocíu pa nosotros. Anque casteyanu de nacimientu, la so infancia vivióla en Salinas, asina que se considera d’Asturies, tierra onde se convirtió en personalidá política dempués de ganar a Gerardo Iglesias el puestu de Secretariu Xeneral y Coordinaor Xerenal d’Izquierda Xunida d’Asturies. Siempre polémicu, rompió varies veces coles directives de collaboración col PSOE, tanto na Xunta del Principáu comu nel Parlamentu, una vez que foi escoyíu Coordinaor Xeneral d’IU nel 2000, sustituyendo a Julio Anguita. Pero les sos midíes a la gueta d’una identidá d’izquierda alternativa al conservadurismu socialista fueron somorguiándose fracasu ellectoral tres fracasu popular. Fracasáu dempués de les últimes ellecciones, onde la coalición tuvo los sos peores resultaos con solo dos diputaos, escusóse nel sistema ellectoral inxustu que favorez el bipartidismu, pero hubo retirase del puestu de Coordinaor, anque siga siendo parlamentariu.

Y paecía qu’equí diba finar la carrera política d’esti ciruxanu, hasta que’l diariu El Mundo destapó la polémica del pelo del “potatu”.

Gaspar, en principiu, tomólo a guasa. Yo vi unes declaraciones de so el mesmu día, na cai, onde se carcaxaba cola noticia, diciendo que menos mal que nun tenía en vistes marchar pa los Estaos Xuníos.

Pero, a la nueche, hubo sintir dalgunos comentarios na tele: por una parte, contertulios de llargu alcance falaben de la gravedá del tema, de la caza bruxes al comunismu européu que los conservadores autóctonos diben ver sofitada dende América, neses trames de conspiraciones xudeomasóniques a la inversa; por otru, otros contertulios d’igual alcance facíen mofa de la figura del pim-pim Llamazares, despoxáu de tol valor moral que nun supiere defender nes urnes hasta’l puntu de que’l FBI nun lu consideraba capaz de quexase.

Y Gaspar saltó pela mañana, viendo la so última oportunidá d’algamar dalgún tipu de triunfu. Volvió a pensar que’l victimismu ye una bona mena de trabayu y tiró del filu. Nun-y valieron la retirada de la semeya de la web del FBI, nin la protesta formal de Zapatero a los Estaos Xuníos, nin les disculpes del embaxaor n’España (tacháu de “funcionariu menor”). Quería más: quiciás el facese güecu de nuevu onde nun lu tien, el facese cabezaleru del movimientu revolucionariu socialista o el mantenese. En definitiva, pretender tristemente que lu atope dalguien, ensin falta de buscalu.

Gaspar, solu delantre’l mundiu, sigue erre qu’erre defendiendo’l so derechu a poder dir a Marruecos ensin que lu detengan. Pero la noticia yá pasó y convirtióse en chiste de Buenafuente. El FBI tá de vueltes preocupáu por Bin Laden, ya que los comunistes ensin futuru nun son problema, Zapatero tá hasta enriba trabayu cola sa presidencia europea y l’embaxaor americanu n’España, descoyonándose mientres ve Intereconomía pela nueche hinchándose a Ferreros Rocher.

14 ene 2010

La memoria haitiana.

Haití es un país peculiar.

No solo por su disposición privilegiada en la región occidental de la isla de Santo Domingo, que comparte con la República Dominicana, que hace disfrutar a sus gentes y visitantes de un magnífico clima tropical durante todo el año.

No solo por el magnífico legado cultural que años de colonización francesa mezclados con las tradiciones africanas de los esclavos han dejado en los cascos urbanos de Govaines o Puerto Príncipe, la capital, donde se respira un ambiente tan criollo como el idioma oficial del país, tan heterogéneo como la mezcla de catolicismo y vudú que practican sus gentes.

No solo por contar en su territorio con la fortaleza más grande del hemisferio occidental, la Ciudadela de Laferrière, designada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

No solo por ser la patria de los bucaneros, que se reunían en la norteña isla de la Tortuga a asar los jabalíes locales mientras esperaban asaltar los barcos españoles que surcaban las aguas caribeñas.

No solo por ser el primer Estado independiente surgido de la Revolución francesa y gobernado por los antiguos esclavos negros.

No. Haití es un país peculiar porque nadie se acuerda de él hasta que ocurre una catástrofe. Se podría decir que esto ocurre con todos los países pobres, aquellos cuyos habitantes no se preocupan de tener la calificación AAA en el ráting Ficht, si no que se desviven por sobrevivir con menos de 2 dólares al día, gobernados por unos dirigentes completamente ajenos a otros problemas que no sean los suyos particulares. Pero el caso de Haití es más flagrante.

A apenas 500 millas de los Estados Unidos, el país más desarrollado del mundo, la gente se muere de hambre. No solo hoy, después de que un terremoto asolara la zona, sin que aún se sepan el número de víctimas mortales (toda la población ha sido víctima) ni la cuantía de las pérdidas materiales, puesto que las comunicaciones, ya de por sí precarias, se han colapsado y no hay siquiera líneas telefónicas viables, en plena era de internet. La semana pasada, los haitianos medios que vivían con una renta anual de 600 dólares (lo que vale una estancia de un par de días en la playa dominicana de Boca Chica), lo hacían con la esperanza de que, al día siguiente, la situación no fuera peor.

Ahora todo es buena voluntad. Mal de este primer mundo donde vivimos, nos sentimos culpables cuando vemos a niños morirse de hambre, a ancianos aplastados por grandes piezas de cemento o a riadas de personas huir de unas grandes inundaciones, con la angustia en la mirada de saber que han perdido lo que no tenían. Pero nos sentimos bien sabiendo que nuestros cinco euros donados a la oenegé de turno (por supuesto, de contrastada reputación, no vaya a ser que no lleguen a su justo destino) van a ayudar para construir una fuente de agua potable o levantar un recinto prefabricado donde los niños aprendan a leer. Intentamos compensar nuestra indiferencia, como intentamos comprar la felicidad, la comodidad o las sonrisas. Y, con la conciencia tranquila, cual si fuera un programa de la radio que pasa del tema dramático a la publicidad descarada, nos vamos al Corte Inglés a comprar esa bufanda de cachemira que tanta falta nos hace.

Pero la mayor particularidad de Haití, no es que nadie se acuerde de él. Su mayor virtud es la de pasar al olvido muy rápidamente. Hace unos años, una tremenda masacre, tras el derrocamiento del presidente Aristide, hizo que intervinieran los cascos azules de las Naciones Unidas. En los altercados murió haciendo su trabajo el periodista español Ricardo Ortega. Pero del tema poca gente se acuerda con claridad. Si no fuera por este dato, habría sido otro conflicto más de los que hay tantos al cabo del año. De las terribles inundaciones de hace dos años, nada de nada.

Apuesto cualquier cosa a que, en cuatro meses, Haití habrá pasado al plano del olvido, superada por la inmediatez informativa de otras catástrofes naturales o artificiales, dejando a las claras que la mayor de todas, la desigualdad entre pueblos y personas, ni es noticia ni siquiera es importante. La indiferencia es peor que cualquier terremoto.

Hasta la próxima, Haití.

13 ene 2010

Pulsa Dinura

La Pulsa Dinura ye la peor maldición xudía. De diez a veinte rabinos puros (ensin pecaos escontra la tradición mosaica) y purificaos (ayunaos, ensin llavar y con barba), aconcéyense al rodiu d’una tumba pa esconxurar n’araméu al ánxel que se sienta a la izquierda de Satán p’acabar cola vida d’un hebréu pecador, a cambiu de que’l conxuru se-yos vuelva pa ellos, de ser la victima inocente. Tal situación saltó va un tiempu n’Israel cuando un rabinu ultraortodoxu amenazó publicamente a Ariel Sharon, antiguu Primer Ministru, con que-y practicare tal maldición: el políticu que, dempués de munchos años de combatir al pueblu palestinu, decidiera escomenzar a dialogar con Hamas y les autoridaes del Estáu palestín, cayó nun coma profundu del que tovía nun se recuperó, xusto dos díes dempués de tales declaraciones. Años enantes, la Pulsa Dinura foi dirixía a la figura d’Isaac Rabin, que morrió nun atentáu tres d’ofrecer un discursu pacifista al so pueblu. Acallaron asina les voces coles que nun taben d’alcuerdu y atemorizaben a los seguidores de les mesmes.

Que seya esto maldición real o casualidá ensin más, ye lo de menos. Ye’l poder de la pallabra sobre la xente lo qu’alquier braera importancia. A semeyanza de Dios, que creyó’l mundiu partiendo del verbu, a traviés de los estudios cabalísticos apropiaos, el rabinu hebréu pue atopar toles metes que se proponga. La tradición xudeocristiana qu’impera n’Occidente, tamién bebe d’estes tradiciones, sirviendo estes ansies por controlar la pallabra de desplicación a les tensiones lligüístiques esistentes dientro y fora d’Europa anguaño. Quien tien la pallabra, tien el poder.

Nun ye casualidá que los estaos occidentales sofiten el desarrollu de los sos idiomas representativos n’otros países del mundu, p’algamar importancia a nivel internacional. Nun son les pretensiones culturales les qu’impulsen la creyación y mantenimientu multimillonariu del Instituto Cervantes, el British Council, l’Alliance Française, la Società Dante Alighieri, l’Instituto Camões o’l Goethe-Institut, sinón la zuna por facese col control del instrumentu comunicativu de les finances, la política, el comerciu... del Poder, con mayúscula. (Confundiendo churres con merines, la miope Fundación Príncipe de Asturias otorgó-yos nel añu 2005 a toes estes organizaciones el premiu “Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades”, cuando lo que promueven es l’aculturación, l’espansionismu y la subordinación d’unos pueblos a otros)

Tampoco nun ye casualidá que s’abriera esta selmana’l debate pola inclusión nel Senáu de les llingües co-oficiales n’España, desendolcáu dende les comunidaes autónomes con mayor pesu centrífugu del Estáu. Otra vuelta, nun son les inquitudes culturales, sinón les ansies de poder quienes inclinen a les diferentes partes p’hacia’l sí o p’hacia’l non. (Siendo como ye la “Cámara de los territorios”, nun s’entiende qu’índa nun se diera’l pasu pal plurillingüísmu dientro de so; pero que los partíos catalanistas, vasquistas y galleguistas atiendan ná más que pa lo de so, allóñalos muncho de les pretendíes reivindicaciones culturales)

Un últimu exemplu, nel conceyu de Llanera, canceláron-y a la organización soberanista d’esquierdes Fai! la cellebración d’una asamblea abierta, 24 hores enantes de producise, dempués de recibir tolos permisos municipales y tando yá publicitada dende díes, ensin que dengún organismu de gobiernu dixera ná. L’escusa foi que la petición de les instalaciones municipales taba fecha nun idioma non oficial, anque esti fora entendíu dende’l principiu, se tratara de la forma d’espresase de parte del pueblu gobernáu y nun empleare términos insultantes. Eso, en democracia, nun ye de llei. (Atropellos d’esti tipu son habituales n’Asturies, onde la discriminación por motivos llingüísticos tá al orden del día y arrastren consigo la derogación de drechos inalienables como’l d’aconceyamientu o la llibertá d’espresión, anque pasen desapercibíes nes noticies porque les sos víctimes nun tienen “la pallabra”).

Blas de Otero pidía la paz y la pallabra nel so poema más conocíu:

Escribo
en defensa del reino
del hombre y su justicia. Pido
la paz
y la palabra. He dicho
«silencio»,
«sombra»,
«vacío»
etcétera.
Digo
«del hombre y su justicia»,
«océano pacífico»,
lo que me dejan.
Pido
la paz y la palabra.

Mientres el poder de la pallabra recaiga en manes d’unos privilexaos, unos “puros” qu’ostenten la razón y nun seya daqué universal, les tensiones y les lluchen nun dexarán d’esistir, nun habrá xusticia. Que te quiten la pallabra faite somorguiar a lo qu’otros digan, ensin poder falar lo que quieras. Pero que nun te dexen usar el idioma de to ye la braera maldición, la Pulsa Dinura que te fai desapaecer como persona.

7 ene 2010

¿L’añu la marmota?

Estos díes caberos, anque primeros del añu, tán enllenándome d’una sensación estraña que nun se bien cómu definir. Les coses que me dicen, les noticies que me lleguen paécenme, les actitudes que siento paécenme, como na película Groundhog day (traducida al español como El día de la marmota o Atrapado en el tiempo), repetíes.

Esta película del 93 cuenta la historia d’un meteorólogu encarnáu por Bill Murray que vive y revive toles mañanes el mesmu día 2 de febreru, cuando la marmota del pueblu de Punxsutawney (Pennsylvania, EE.XX.) despierta pa ver si finó’l inviernu o non, hasta que consigue resolver la so vida, que taba fecha una yaceria, enllenándola d’amor y felicidá.

A mín nun me pasa eso esautamente, porque soi consciente de que yá pasó un añu y tamos a 2010. Pero les sensaciones son les mesmes qu’en xineru del añu pasáu. Repasando les nueves...

... Asturies quedó otra vegada incomunicada pol mal tiempu de ñeve y fríu, como’l restu d’España y Europa tá ateutáu pol frente polar;

... les rebaxes vuelven a imponese a los robines que l’añu pasáu asaltaben los supermercaos franceses, qu’agora, como tolos xineros de la que fina la Navidá, vénse perturbaos por pertubaos cola tarxeta créditu na mano;

... los fumadores ven cómo cá vez-yos queden menos sitios onde alcontrar aliviu pal so viciu;

... los políticos españoles anden llocos por quedar a tomar el café con Obama, como daquella andaba tol mundiu llocu por ver cómo ganaba Barack les eleiciones y solucionaba la crisis;

... y el común de los mortales intenta evadise de los problemes cotidianos, propios y del mundiu, embobándose con fútbol, fútbol y más fútbol, bálsamu que vuelve multimillonarios a los ensalmadores y atopáos a los que cura.

Y yo sigo viéndome obligáu, cá vez de meyor gana, a escribir una entrada tres d’otra, anque los temes seyan los mesmos siempre, nesti blog enllenu boles al que me llancé de cabeza fai un añu.

Renuevo’l compromisu otru añu. Anque teamos como marmotes (l’añu y yo), espero que-vos preste.